LOS COMPRADORES COMPULSIVOS
Para la mayoría de la gente, comprar resulta divertido, pero para unos pocos infortunados, comprar resulta más que una diversión, una adicción, son compradores fuera de control que frecuentemente compran artículos que no necesitan, y cuyas consecuencias suelen ser graves, incluso llevarlas hasta la bancarrota.
¿Quiénes son los compradores compulsivos?
Nuevos descubrimientos y estudios nos permiten entender quiénes son los compradores compulsivos y por qué compran como si las cosas se fueran a acabar. En muchos aspectos, los compradores compulsivos son personas con desórdenes gastronómicos. Cerca del 90% son mujeres según dice Ronald Faber de la Universidad de Minnesota. Los compradores compulsivos son más propensos a sufrir de ansiedad y suelen tener más baja autoestima que los compradores normales. Son más impulsivos que la mayoría y tienden a ser perfeccionistas. Sorprendentemente, la experiencia de la mayoría de los compradores compulsivos aumenta las sensaciones, los colores y las texturas son más intensos durante su aventura de comprar, igualmente alcanzan extremados niveles de concentración, algunos lo comparan con el efecto de una droga y otros más consideran el comprar como sexualmente estimulante.
Faber cree que las raíces del problema se encuentran en una convergencia de factores psicológicos, sociales y biológicos. La autoestima de los compradores compulsivos aumenta considerablemente al momento de comprar; muchos dicen que la interacción de un comprador compulsivo con un atento empleado de alguna tienda, les da un sentimiento de importancia. Su autoestima puede ser influenciada por lo que compran, por ejemplo regresar a casa con ropa, zapatos o joyería, todos ellos, artículos que realzan la apariencia.
¿Cómo detectar un comprador compulsivo en la familia?
Un comprador compulsivo tiene una conducta desadaptada o inusual por comprar que está vinculada con problemas psicológicos y que produce cierto alivio emocional, esto provoca impulsos inevitables de compra, manifestado por al menos uno de los siguientes criterios:
Preocupación frecuente por comprar o impulsos de compra que experimentan como irresistibles, intrusos y/o insensatos.
Frecuentes compras de más de lo que uno puede permitirse, frecuentes compras de artículos innecesarios, o compras durante periodos más largos de lo planificado.
Las preocupaciones, impulsos o conductas de compra causan notable aflicción, consumen mucho tiempo, interfieren significativamente con el funcionamiento social u ocupacional, o conllevan problemas financieros (por ejemplo deudas o quiebra).
La compra excesiva no ocurre exclusivamente durante periodos de hipomanía o manía.
Los compradores compulsivos a menudo reúnen criterios de otro trastornos. En concreto, son comunes los trastornos del estado de ánimo, de ansiedad, de abuso de substancias, y de la conducta alimenticia.
El tratamiento de la compra compulsiva
Hasta el momento no se dispone de estudios con la rigurosidad científica necesaria sobre el éxito de los tratamientos a compradores compulsivos, pero básicamente existen tres tipos de tratamiento:
Psicoterapia. Esta ha sido hasta el momento la menos exitosa, en promedio tan solo 2 de cada 9 pacientes han podido controlar las compras compulsivas. Es necesario tener en cuenta que las compras compulsivas están asociadas a otros trastornos psicológicos, que se curan más rápido con medicamento, ante lo cual la psicoterapia es un proceso muy lento.
Medicación. Esta ha sido la alternativa más exitosa hasta el momento. En promedio 10 de cada 13 pacientes se han curado. El tipo de medicación puede incluir los antidepresivos, ansiolíticos, estabilizadores del humor y antipsicóticos. Aunque siempre esta latente el riesgo de la adicción a estos medicamentos incluso en dosis terapéuticas.
Medicación con psicoterapia. Hasta el momento esta alternativa se presenta como la más alentadora. No existen estadísticas que nos hablen de promedios, pero el combinar los beneficios de la medicación con el tratamiento psicoterapéutico de las conductas ha tenido mucho éxito con muchas otras enfermedades compulsivas.
Recuerda que el comprar compulsivamente es una enfermedad psiquiátricamente entendida y aceptada como tal; no es una mala costumbre, algo que se evite restringiendo el dinero a la persona afectada, el problema es más serio y requiere de ayuda médica profesional y quizá de un tratamiento a largo plazo. Si existe alguien en tu familia que sufra de compras compulsivas procura ser paciente y comprensivo, pero tampoco seas complaciente, procura que tenga una atención profesional y ayúdalo dentro de los límites que su enfermedad lo permita.